La artritis psoriásica puede presentarse a través de diversos síntomas, siendo muy variable entre personas que la padecen.
Los signos clínicos tempranos incluyen inflamación, dolor e hinchazón de las articulaciones. Estos síntomas pueden aparecer de forma lenta y progresiva y muchas veces podrían ignorarse o confundirse con un golpe, solo que evolucionan progresivamente.
Uno de los signos característicos es el “dedo salchicha” o inflamación/hinchazón del dedo (ya sea de manos o pies), su nombre clínico es dactilitis, y se caracteriza por la inflamación de la articulación e incluso del tendón o ligamentos vecinos. Esta hinchazón del dedo o dactilitis puede ser aguda (inflamación dolorosa) o crónica (inflamación con menos dolor).
Otros síntomas incluyen rigidez y dolor en las articulaciones que mejora con el movimiento, o sensación de cansancio.
Además es muy común una manifestación llamada “entesitis”. Se manifiesta con la inflamación de la zona de inserción entre los tendones, ligamentos y músculo con el hueso, es decir, la entesis. En la artitis psoriásica puede encontrarse una entesitis en el talón de Aquiles, planta del pie y zona sacra.
Otro de los signos de los pacientes con artritis psoriásica es la afectación de la piel (brote de psoriasis). Las manchas de color rosáceo suelen llamar la atención y llevarnos al dermatólogo, que indicará si es psoriasis y si debes además de tratar tu piel, acudir al reumatólogo. Pueden aparecer síntomas también en las uñas, que presentarán pequeñas manchas o signos de debilidad.
En el caso de que ya presentes psoriasis y uno de tus dedos en manos o pies se inflame con apariencia de “dedo de salchicha”, debes acudir al médico, podrías estar ante una artritis psoriásica.
Por desconocimiento, muchas personas no asocian la psoriasis con dolor e inflamación de las articulaciones lo que puede llevar a un retraso en el diagnóstico de la artritis psoriásica. El diagnóstico precoz y la consulta multidisciplinar entre el dermatólogo y el reumatólogo favorecen un abordaje más eficaz de esta enfermedad. En caso de sospechar de artritis psoriásica se debe visitar al reumatólogo lo antes posible.
El diagnóstico de artritis psoriásica por parte del especialista (reumatólogo), se basará en el examen de esas manchas en la piel y en otras pruebas como radiografías o ecografías, así como resonancias magnéticas y tomografías o TAC. Aunque tradicionalmente las radiografías han servido para ver el daño en articulaciones, es importante recordar que el objetivo hoy día es que no se produzcan esas lesiones que eran antiguamente tan frecuentes e inevitables. Hoy podemos evitarlas, pero para ello el diagnóstico precoz es fundamental. En esas etapas precoces de la enfermedad, una radiografía podría no mostrar nada determinante.
Por eso se suelen hacer análisis de sangre y biopsias de la piel afectada, y en algunos casos extracción del líquido sinovial (que envuelve las articulaciones) para comprobar si estamos ante una artritis psoriásica y descartar otras enfermedades como gota o artritis infecciosa.
Los problemas en las articulaciones varían en gran medida de un paciente a otro. Se pueden presentar lesiones articulares que afectan a una sola articulación o múltiples articulaciones. Puede afectar solo a las pequeñas articulaciones como las de las manos y los pies ó a las grandes como hombros, rodillas y caderas. Además los síntomas pueden parecerse mucho a los síntomas de la espondilitis anquilosante, afectando la columna vertebral y articulación sacroiliaca.
Normalmente aparecen de manera asimétrica (marcadas más del lado derecho o izquierdo) al contrario que la artritis reumatoide.
Por lo general, la artritis psoriásica progresa con “brotes” o elevada actividad, seguidos de periodos de remisión, donde las molestias y dolores podrían llegar a ser mínimos. Los brotes suelen ser más frecuentes durante el invierno y la primavera.