Un diagnóstico de artritis, espondilitis o artritis psoriásica puede causar angustia en los familiares más cercanos al enfermo. Hay varias estrategias para sortear esa angustia y una de ellas, fundamental es la información.
Acude con su familiar diagnosticado de artritis a las citas con el reumatólogo, para entender mejor la enfermedad, el tratamiento y las limitaciones que realmente pueden marcar una nueva rutina. Te sorprenderás de lo diferente que es un diagnóstico de artritis en el siglo XXI y la gran diferencia con que se afronta el futuro gracias a los nuevos tratamientos, sobre todo si existe un diagnóstico precoz.
Es conveniente que como familiar de una persona con algún tipo de artritis entiendas todas las manifestaciones de esta enfermedad, que afecta no sólo a las articulaciones sino a muchos otros órganos: puede afectar a la piel, al sistema cardiovascular, etc. El paciente vive condicionado por la medicación, los posibles efectos secundarios, los brotes… conocer bien las distintas manifestaciones de la enfermedad te ayudará a comprender, por ejemplo, que la fatiga no es dejadez ni vagancia. Que el dolor puede causar mal humor y que es importante conocer bien los efectos de la medicación, su forma de aplicación, etc.
Nuevas rutinas comenzarán a formar parte de lo habitual. Escucha a tu familiar, y anímale a que verbalice cómo se siente, qué le preocupa. Es posible que una persona activa (la artritis se diagnostica en una edad en la que las personas desarrollan mucha actividad, entre los 30 y los 50 años) se sienta frustrada o asustada. Verbalizar esos sentimientos ayuda a restar importancia a los pensamientos negativos y permite que los que rodean al enfermo sepan cómo se siente y por qué.
Si como familiar necesitas ayuda y orientación, no dudes en acudir a las asociaciones de pacientes. Allí encontrarás respuestas y soluciones.
Es posible que hayas oído hablar de la artritis o las enfermedades reumáticas pero no tengas muy claro en qué consiste una enfermedad autoinmune. Si tienes dudas y no sabes cómo abordar el tema, en esta web puedes informarte. También encontrarás ideas de ocio y estilo de vida que te darán ideas sobre qué tipo de actividades son idóneas para compartir tu tiempo con las personas de tu entorno social que padecen artritis.
Contra lo que mucha gente piensa, una persona con artritis tiene hoy día acceso a tratamientos que le permitirán llevar una vida normal y prácticamente asintomática. Antes la artritis dejaba secuelas muy dolorosas e incapacitantes en las articulaciones, pero ahora existen soluciones que llegan a lograr la remisión de la enfermedad en muchos casos. El diagnóstico precoz es un factor determinante para lograrlo.
Pero la medicación no lo es todo. La vida social y el ejercicio son elementos fundamentales para su bienestar. Mantén el contacto, súmate cuando puedas a dar un paseo o a otras actividades de ocio como el senderismo o el ciclismo, si la persona con artritis ha decidido enfocar hacia estos deportes sus necesidades de actividad física.
Uno de los principales problemas que encuentran muchas personas con artritis es la comunicación: verbalizar cómo se sienten. Explicar su falta de energía, la fatiga ligada a una enfermedad como esta, de carácter autoinmune, no resulta fácil. Nadie mejor que un amigo para compartir estas preocupaciones.
Si tienes costumbre de viajar y visitar otras ciudades, no dejes de hacerlo aunque el grupo cuente con un miembro diagnosticado de artritis. Hablar acerca de las limitaciones que puede tener una persona con artritis no supone que el resto del grupo deba limitar también sus actividades. Simplemente, dar opciones para que si una caminata se vuelve demasiado fatigosa, la persona con artritis desee quedarse tranquilamente leyendo en una plaza o en una terraza disfrutando del ambiente tomando algo, mientras el resto del grupo da una vuelta más amplia. Todo es cuestión de hablarlo, sin dramas y alcanzar consensos que ayuden a todos a disfrutar.