Si ya has tenido un hijo o una hija, la experiencia puede condicionar tu deseo de ampliar la familia aún más. Puede que durante el embarazo tuvieras que dejar la medicación o que sufrieras un brote, puede que temas empeorar o dudes de tu capacidad para cuidar a otro bebé… Afortunadamente, las cosas están cambiando y ya es posible mantener controlada la enfermedad y llevar adelante un embarazo y una lactancia sin miedos.
La clave, de nuevo, es planificar con tu equipo médico y estudiar con él la medicación más adecuada para garantizar que es compatible con un nuevo embarazo.
Las asociaciones de pacientes también pueden ayudarte a conocer otras experiencias y alternativas terapéuticas que harán más llevadera esta experiencia de ser madre de nuevo.