Aprovecha cada visita a tu reumatólogo para consultarle con total confianza cualquier duda respecto a la evolución de la enfermedad, los efectos secundarios del tratamiento y cualquier cosa que te preocupe. Por más extraña que pueda parecerte una duda, podemos asegurarte que miles de personas con la enfermedad han tenido la misma pregunta antes que tú. Es necesario que confíes en tu especialista y que la comunicación entre vosotros sea sincera, fluida y sin limitaciones.
Si no entiendes alguna de las respuestas de tu médico a tus preguntas, no dudes en indicárselo para que pueda volver a explicarte aquello que no entiendas. El lenguaje médico es a veces muy especializado y puede que aspectos claves de la artritis reumatoide, especialmente aquellas relacionadas con el tratamiento, queden sin resolver por una comunicación deficiente.
El miedo es una de las principales causas de una mala comunicación con tu médico: miedo a no expresarte correctamente, miedo a no haber sabido tomar bien la medicación, miedo a que te ajuste la dosis y eso provoque nuevos efectos secundarios… comenta todos tus miedos con aquel profesional sanitario que sientas más cercano. Sólo con comentarlo verás cómo los miedos dejan de crecer.
Antes de la consulta, anota tus dudas y todo aquello que te genere algún tipo de miedo o preocupación. Date un tiempo para pensar en positivo y para identificar pensamientos negativos que pueden surgir en los días previos a la consulta.
Durante la consulta, aplica ejercicios de relajación y manejo del estrés (ejercicios de respiración), repasa y ordena la información recibida de tu médico y transmítele las dudas que traías anotadas.
Después de la consulta, repasa tus notas sobre las dudas, tratamiento, etc., y toma nota también de aquello que querrás trasladarle en tu próxima cita. Tienes aquí varias apps para móvil que te ayudarán a preparar esa consulta y reportarle síntomas, efectos de la medicación, y muchos datos útiles.
Hay algunos casos en los que es muy importante que consultes a tu reumatólogo.
Antes de vacunarte, consulta a tu reumatólogo cuáles de las vacunas que te van a poner contienen virus vivos, porque puede que estés inmunodeprimido y las vacunas te hagan enfermar.
Si estás en tratamiento y sufres un catarro o una gripe fuertes, o si tienes una infección de cualquier otro tipo, acude a tu reumatólogo. Puede que en esos momentos haya que interrumpir el tratamiento para lograr una recuperación eficaz, ya lo retomarás cuando estés más fuerte. No olvides que un paciente de artritis reumatoide posiblemente esté inmunodeprimido, y eso lo hace más vulnerable.
Consulta con tu médico qué tratamientos debes o no ir dejando antes de ponerte a buscar el embarazo. Y esto vale para ambos miembros de la pareja. Hoy día los tratamientos permiten combinar distintos fármacos para que tomes en cada momento los más adecuados.
Puede que estés en tratamiento para algo completamente ajeno a la artritis reumatoide, pero que tu reumatólogo no lo sepa. Habla con él lo antes posible para que valore las interacciones que puede haber entre los distintos fármacos, y puedas evitar tanto efectos secundarios como la falta de efectividad de alguno de los tratamientos aplicados.
Informa a tu médico. Esto ayudará al reumatólogo a tomar las mejores decisiones en relación a tu tratamiento y seguimiento.