Las probabilidades de que transmitas este tipo de enfermedades a tu hijo son muy pequeñas por lo que esto no debería afectar tu decisión de tener hijos. De hecho, tu enfermedad no se hereda por un mecanismo directo.
Existe un riesgo ligeramente superior en mujeres con enfermedades reumáticas. Esto puede estar relacionado con ciertos medicamentos y con no tener la enfermedad controlada durante el embarazo 2,5,9. Es posible que desees hablar de este riesgo con los médicos que te tratan, ellos te controlarán de cerca antes y durante tu embarazo para minimizar este riesgo.
El riesgo de que tu hijo nazca con malformaciones no es significativamente mayor en comparación con cualquier otra mujer embarazada, siempre que se eviten medicamentos teratogénicos como el metotrexato. Estos medicamentos aumentan el riesgo de malformaciones si se toman durante el embarazo por lo que deben suspenderse previamente 4,5. De ahí la importancia de una adecuada planificación del embarazo.
Muy pocos medicamentos pueden reducir la fertilidad en los hombres. Generalmente se recomienda dejar de tomar tales medicamentos antes de intentar tener un hijo. Los médicos que tratan al padre pueden aconsejarle sobre las medicaciones que podrían necesitar ser suspendidas.
Existe un riesgo ligeramente superior de tener un hijo con menor peso al nacer especialmente si los síntomas no son bien controlados durante el embarazo. Sin embargo, gracias al personal sanitario que te sigue tu hijo y tú estaréis muy controlados a lo largo del embarazo, intentando igualar tu embarazo al de una mujer que no tenga la enfermedad.
Algunos medicamentos necesitan suspenderse antes de que te quedes embarazada, durante el embarazo, y/o cuando estés con la lactancia materna (si así lo decides). Sin embargo, al planificar el embarazo adecuadamente tu tratamiento se puede adaptar para permitirte continuar con la medicación que sea segura para los dos (para tu hijo y para ti).
Un parto prematuro puede ser más probable si tu enfermedad no está bien controlada durante el embarazo. No te preocupes, el personal médico te controlará de cerca durante el mismo.
Por lo general no hay ninguna razón por la que las mujeres que viven con enfermedades reumáticas no puedan tener un parto vaginal. La anestesia epidural o la cesárea pueden ser considerados si fuera necesario 5.
Llevar un estilo de vida saludable (dieta equilibrada, evitar el alcohol y tabaco, ejercicio adecuado…) aumentará tus probabilidades de quedarte embarazada e igualmente ayudará a minimizar posibles problemas durante el embarazo.
La lactancia natural tiene enormes beneficios y hoy existen tratamientos biológicos que garantizan la seguridad para tu bebé durante la lactancia. Estudia con tus especialistas qué medicamentos puedes tomar y cuáles no, pero como siempre, la planificación será tu gran aliada: si se tienen en cuenta todas las opciones de tratamiento con antelación, no tendrás que elegir entre recibir tratamiento y amamantar a tu hijo. Y no dudes en pedir ayuda y consejo a los profesionales y las asociaciones de pacientes.
¿Mi enfermedad cambiará después del nacimiento?
Tus síntomas pueden aumentar después del parto, incluso si mejoraron durante el embarazo. Si fuera necesario, debes continuar con el tratamiento para ayudar a controlar tu enfermedad. Comenta con tu reumatólogo el tratamiento más adecuado en este periodo posparto y especialmente si has elegido dar el pecho a tu hijo.
¿Puedo vacunar a mi hijo con normalidad?
Algunos tipos de vacunas puede que no sean indicadas justo en el momento del nacimiento de tu hijo, pues a veces puede ocurrir que sus defensas
se hayan alterado durante el embarazo si recibías alguna medicación concreta. Pero los profesionales de la salud que cuidan de ti y de tu hijo tendrán esto en cuenta y te darán los mejores consejos respecto de su vacunación.
Camas ajustables, mesas ajustables en altura, sillas y asientos transportables, cojines para posicionamiento de lactancia, mochilas ergonómicas y portabebés ajustables pueden ayudarte a cuidar a tu hijo. Considera la opción de ver a un ayudante social o fisioterapeuta/terapeuta ocupacional que pueden ofrecerte más consejos.
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Si tienes alguna pregunta puedes contactarnos directamente a través de UCB Cares, un centro de soluciones formado por un equipo técnico cualificado de UCB para responder a todas tus dudas sobre la enfermedad.