Las mujeres con enfermedades inflamatorias como la artritis están haciendo una revolución silenciosa en las consultas. Cada vez son más, y cada vez más jóvenes, las que preguntan sobre su hipotética o futura maternidad cuando acuden a sus citas con especialistas en reumatología.
Así lo ha constatado Andrea Pluma, reumatóloga del Hospital de la Vall d’Hebron en Barcelona. “Hay dos fases”, explica, “una en la que sacamos el tema en consulta y en la que la paciente es informada, pregunta dudas, etc., pero sin haber pensado aún en un embarazo próximo, y otra en la que ya la paciente está pensando en el embarazo y tenemos la consulta en la que establecemos un plan terapéutico, valoramos si es necesario cambiar la medicación, etc.”. Esa consulta preconcepcional se está adelantando: “Esto nos da mucha tranquilidad porque da más garantías a la paciente de que el embarazo se va a desarrollar con menos posibilidad de complicaciones”, añade.
Según explica esta especialista, “antes las mujeres con enfermedades inflamatorias se planteaban este tema más tarde, quizá cuando les faltaban dos meses para empezar a intentar el embarazo”. Esto era problemático porque “no coincidía con la planificación que los médicos tenemos y había que llegar a un acuerdo”, aunque no era difícil porque, “tanto para la madre como para el especialista, lo que prima es la seguridad”.
El plazo suficiente para planificar el embarazo es aproximadamente de un año. “Ayuda mucho tener ese tiempo por delante”, explica la doctora Pluma. De ahí que mucho antes de que la mujer exprese su deseo de ser madre, “saquemos el tema en consulta siempre que podemos, y se lo recordamos para que nos avisen con tiempo”. El gran cambio ha venido de la mano de las mujeres jóvenes, más conscientes e informadas de la importancia de la planificación: “Ha habido un cambio”, subraya, “lo normal es pedir información cuando tienen entre 30 y 40 años, pero ahora ya viene gente informada, a los 25 años, que nos dice que ahora no quiere tener hijos pero que en el futuro tal vez sí, y quiere saber cómo hacerlo bien”.
También ha visto más hombres en la consulta: “Por suerte, cada vez la maternidad se entiende como una cosa de dos y los hombres acompañan a sus parejas a la consulta”. Ellos también preguntan, y básicamente hacen las mismas preguntas que ellas, les preocupan los mismos aspectos. Uno de ellos, importantísimo, el de la crianza: si después del parto sobreviene un brote, qué pasa. “La primera pregunta que hacen siempre es sobre el bebé, los riesgos que supone para él la enfermedad, el tratamiento… pero el posparto preocupa y los padres se implican”, añade Andrea Pluma. Son todo preguntas que suelen venir “consensuadas, porque lo han hablado en casa”.
“Son padres muy implicados”, añade, “el papel de la pareja una vez nace el bebé es fundamental cuando la madre tiene artritis, en el posparto podemos tener reactivaciones y la pareja se tiene que involucrar 100%. Esto ya no es una rareza y cada vez es más normal”.
A su juicio, “es muy importante tratar a la paciente en el posparto antes de que haya un brote, ahora ya tenemos tratamientos compatibles con la lactancia materna”. No siempre es posible, “hay veces que, por la agresividad de la enfermedad, hemos tenido que utilizar fármacos no compatibles, pero de momento esos casos son los menos”.
“Tenemos la suerte de que ya no hay que elegir entre tener artritis activa y ser madre, podemos llevar ambas cosas adelante con seguridad tanto para la madre como para el hijo”, concluye.