Es muy frecuente que suframos dolor y rigidez en las articulaciones, el lugar donde se unen y tienen movimiento los distintos elementos de nuestro esqueleto. El dolor de la artritis reumatoide se produce sobre todo en los pies, las manos y las muñecas, y de forma simétrica: en la artritis lo normal no es que te duela una mano o una muñeca sino ambas. Hombros, codos, rodillas y la parte superior de la espina dorsal pueden verse también afectadas.
Si además de los anteriores indicios notas que te despiertas con dolor en mitad de la noche, o que la rigidez de tus articulaciones (recuerda, las de ambos lados del cuerpo) dura más de 30 minutos después de levantarte, puede que sufras artritis.
También deberás observar si tu piel presenta pequeños bultos a la altura de los codos o las manos, algo que junto con el Síndrome de Sjögren (sequedad vaginal, sequedad en los ojos y en la boca), caracteriza la artritis reumatoide.
Si tienes sospechas de que padeces esta enfermedad, no dudes en decírselo a tu médico, que podrá proponer un análisis de sangre para detectar los anticuerpos típicos de la artritis, los llamados auto-anticuerpos. Otras pruebas (radiografías, resonancias o ecografías) contribuirán a confirmar o descartar un diagnóstico de artritis reumatoide.