El primer domingo de mayo se celebra en España el Día de la Madre. Por primera vez, lo viviré de una forma diferente, porque me estoy planteando la posibilidad de ser madre. ¿Cuál es el problema? Tengo 28 años, una edad estupenda para ser madre. La cuestión es que hace dos años mi médico me confirmó que tenía espondilitis axial, una enfermedad inflamatoria crónica que afecta fundamentalmente a las articulaciones de la columna espinal y a las articulaciones sacroilíacas
He buscado información en páginas especializadas y de alta fiabilidad, como la web de la Fundación Española de Reumatología o la de Artritis Hoy. También he hablado con mi reumatóloga. La verdad es que todas las sensaciones son muy positivas, cualquier decisión que tome será siempre de la mano de mis médicos.
Medicación y consejo médico
El primer paso que cualquier mujer con esta enfermedad debe dar es consultar con el especialista. Por una parte, el experto nos ofrecerá toda la información necesaria para afrontar la planificación familiar con toda la información que necesitamos.
Por otro lado, el médico es quien debe pautar la medicación que debemos seguir, tanto antes de quedarnos embarazadas, durante la gestación y en la lactancia.
Planificación del embarazo
Una vez tomada la decisión de ser madre, he acudido a la consulta de mi reumatóloga. Ella es la persona más capacitada para aconsejarme sobre los pasos a seguir. Estoy segura de que si las circunstancias fueran diferentes, me aconsejaría que retrasara el momento de la gestación o bien que no lo intentara pero ahora hay tratamientos compatibles con el embarazo y eso me da una enorme seguridad.
Un consejo que leí en una de las páginas mencionadas fue que informara a mi doctora de toda la medicación que estaba tomando. Y así lo hice. Mi médica hizo algunos ajustes con uno de los fármacos indicados para mi enfermedad. Me dijo que era la mejor opción para reducir los riesgos en la salud del bebé.
Elección del mejor momento
Por suerte, en la actualidad estoy atravesando un buen momento de salud. Gracias a los consejos, los buenos hábitos y la medicación, mi enfermedad está bastante controlada. Por ello, entre los médicos y yo hemos decidido que era el momento oportuno para dar el paso.
Tal vez hace un año hubiera sido mucho más complicado, porque realmente no conseguía controlar los síntomas. Tenía muchísimo dolor de espalda y no era capaz de conciliar el sueño con normalidad durante dos noches seguidas. La fatiga me superaba, y eso que apenas salía de casa.
Por suerte, ahora vivo un periodo estable de mi vida, tanto en el ámbito personal, profesional y también de la enfermedad. Como siempre, pero mucho más ahora, intento comer sano, hacer ejercicio suave y evitar totalmente el tabaco y el alcohol.
El efecto hormonal
He preguntado también si es cierto el ‘efecto hormonal’. Al parecer, las hormonas que predominan durante el embarazo pueden tener una acción protectora con respecto a las enfermedades reumatológicas como la artritis psoriásica o la espondiloartritis axial. Esa acción protectora puede aparecer, pero no siempre. Y, además, desaparece con las hormonas después del embarazo.
El cuidado de un bebé
El dolor y la rigidez son algunos de los síntomas más habituales en las mujeres con artritis, y en muchas ocasiones complican el cuidado de un bebé. Debo prepararme y tenerlo en cuenta.
Además, habitualmente las mujeres embarazadas sienten más cansancio y sueño de lo habitual, sobre todo durante el primer trimestre y estos síntomas se unen a la fatiga propia de las espondiloartropatías. En estas circunstancias, los médicos nos recomendarían más descanso.
El momento del parto
Cuando llegue el momento del parto es muy recomendable que todas las personas involucradas sepan que tenemos una enfermedad reumatológica. Tenemos que avisar al anestesiólogo, la matrona, el ginecólogo, el obstetra, enfermería, etc.
Y después del embarazo, el médico especialista nos debe ajustar de nuevo la medicación para conseguir la mejor calidad de vida posible.
Este año el día de la madre lo voy a vivir con más ilusión e intensidad. Al próximo año, confío en contaros que todo ha salido bien, que mi bebé es sano y que nuestra pequeña familia disfruta de la vida y sonríe al futuro.