A lo largo de las últimas semanas, la campaña #HoySíPuedo ha servido para difundir la importancia de la planificación, la comunicación entre profesional sanitario y paciente, y el abordaje multidisciplinar para las mujeres con enfermedad reumática que quieren ser madres. Pero ¿y los padres? ¿Y si el que tiene artritis reumatoide, espondilitis o psoriasis o artritis psoriásica es el varón y quiere tener hijos?
Para contestar a estas preguntas, hemos hablado con el Dr. Juan Antonio Martínez, reumatólogo del Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Lo primero que nos ha explicado es que los tratamientos para la enfermedad inflamatoria pueden afectar también a la fertilidad de los varones y, por lo tanto, en el caso de que el paciente quiera ser padre, conviene informar al especialista para planificar bien la paternidad.
“Hay varios medicamentos como la sulfasalazina o la ciclofosfamida, que inciden negativamente en la fertilidad masculina”, explica el Dr. Martínez. Otro ejemplo muy conocido es el del metotrexato, que también solía desaconsejarse en caso de querer tener descendencia, “pero del que algunos estudios recientes sugieren que podría no tener efectos en el varón”.
En cualquier caso, recomienda que el paciente no deje los tratamientos sin consultar a su especialista, porque siempre hay alternativas para evitar un brote y que pueda seguir adelante con su intención de tener hijos. En el caso de los medicamentos que causan oligospermia (esperma con poca cantidad o vitalidad de los espermatozoides), suele bastar con estar tres meses sin tomarlos. Al final de ese periodo, se puede hacer un espermiograma para comprobar que se vuelven a alcanzar los niveles normales de fertilidad.
En el caso de los medicamentos biológicos anti TNF, según el Dr. Martínez, podrían no ser un problema: “Aunque algunos estudios antiguos mostraban su incidencia en la infertilidad masculina, las últimas investigaciones parece que lo desmienten, y muestran que su administración es compatible con la paternidad”.
Miedo a malformaciones
Uno de los grandes temores de los futuros padres y madres es que los tratamientos puedan causar defectos o malformaciones en el feto. En los casos en los que el medicamento que toma el paciente es teratogénico (puede causar malformaciones), un reposo farmacológico de al menos tres meses y un espermiograma posterior ayudan a saber si, tras ese tiempo sin tratamiento, todo vuelve a la normalidad y el hombre vuelve a estar listo para continuar con sus propósitos de formar familia. En el caso de los medicamentos que no tienen potencial teratógeno, este reposo puede no ser necesario.
Estos periodos de reposo farmacológico de tres meses obligan a planificar bien el embarazo. Sin embargo, el Dr. Martínez reconoce que es un tema que rara vez plantean los hombres en la consulta. “Ante la posibilidad de que su tratamiento pueda tener consecuencias en sus hijos, algunos pacientes deciden suspender los tratamientos sin consultarlo, pero siempre aconsejamos hacerlo con la ayuda de su especialista: existen alternativas de tratamiento compatibles con la concepción y conviene tener la enfermedad controlada”.
“De dos años para acá, es más frecuente que nos pregunten por estos temas los hombres jóvenes: quieren tener hijos y quieren saber cómo influyen los tratamientos”, afirma el Dr. Martínez, “es sorprendente, porque antes prácticamente ninguno abordaba este tema en consulta”. Lo que sí sigue siendo un tabú es la posible incidencia de la medicación en distintos tipos de disfunción eréctil y otros problemas que atañen a las relaciones sexuales. “Sigue siendo complicado para profesionales sanitarios y pacientes. Y lo peor no es que se automediquen para solucionar ese problema, sino que cambien su tratamiento por productos de herbolario que no sabemos qué principios activos tienen y sí pueden interferir en el tratamiento y perjudicarles”.
A pesar de los pequeños avances, la fertilidad y la sexualidad son aspectos que deberían tratarse más en la consulta de Reumatología. Algo especialmente importante en el caso de los varones puesto que mantienen la fertilidad hasta edades más avanzadas. Un problema que, según el Dr. Martínez, está en vías de solución: “Los reumatólogos muchas veces no preguntábamos tampoco a los hombres, pero afortunadamente ahora parece que las cosas están cambiando”.