Cuando Teresa y Luis (nombres supuestos) decidieron tener niños, surgieron millones de preguntas, dudas y miedos que hacían muy difícil tomar una decisión. ¿Debemos? ¿Y si luego no podemos? ¿O la crianza nos supera? ¿Nacerán sanos?
Hasta aquí, las preguntas que posiblemente se hagan muchas parejas, pero que en el caso de ellos dos, pacientes ambos de artritis reumatoide, cobraban nuevo significado y precisaban respuestas de mucha más complejidad. Ambos estaban en tratamiento para la enfermedad: “Desde el principio nos planteamos que tener hijos no podía ser algo improvisado”, explica Teresa, “comprendimos que la planificación iba a ser muy importante una vez tomada la decisión”. Pesaban los miedos a no lograrlo, a transmitir la enfermedad a sus hijos o a que un brote tras el parto les dejara fuera de combate, incapacitados para cuidar de un bebé.
Habitualmente las mujeres que desean tener hijos son las que más atención ponen a su estado de salud previo a la concepción, pero Luis también tuvo que acudir a su reumatólogo para consultar sobre la medicación: “Nos explicó que pocos medicamentos inciden en la fertilidad masculina, pero que sería mejor que dejara de tomar algunos, aunque debíamos evitar que la enfermedad se descontrolara”, explica.
De ahí la importancia de un abordaje multidisciplinar de un embarazo cuando tienes una enfermedad reumática. Especialistas en ginecología y reumatología deben estar alineados y no sólo entre ellos, sino el resto del equipo médico que atenderá el embarazo: matronas, enfermeras, fisioterapeutas, farmacéuticos, psicólogos, pediatras… deben estar informados no ya desde el principio del embarazo sino incluso antes de que éste se produzca para adaptar la medicación a cada paciente y mantener controlada la enfermedad durante la gestación.
Puede parecer complejo, pero anticipar acontecimientos no cuesta nada. Abandonar el tratamiento puede dar lugar a brotes durante el embarazo o después, con los riesgos que ello supone. Durante el embarazo, sólo el 50% de las mujeres mejoran su artritis reumatoide, porcentaje que baja hasta el 40% en el caso de las mujeres con espondilitis y en torno al 30% en el caso de artritis psoriásica. Además, el 70% de los partos prematuros en mujeres con artritis se dieron en aquellas que sufrieron brotes durante el embarazo. Por lo tanto, debes consultar con tus especialistas los cambios en la medicación que permitirán mantener a raya la enfermedad con el fin de evitar “sustos”.
Tras unos meses, Teresa y Luis lograron su objetivo: un embarazo que, por la situación de ambos, fue considerado de riesgo por el equipo médico que acompañó a la pareja desde antes del comienzo hasta el final del embarazo y una vez que la pequeña Lucía vio la luz. Para ellos fue relativamente fácil, pero lo cierto es que las cifras muestran que aproximadamente el 75% de las mujeres con la enfermedad activa no logran el embarazo durante el primer año, y el tiempo cuenta en su contra pues, con la edad, la fertilidad femenina y masculina disminuye.
Hoy Teresa, Luis y Lucía han logrado superar todos los miedos y los retos que supone traer un niño al mundo. “No hay nada comparable a tener un hijo”, explica Teresa, “hoy todo es posible si cuentas con el apoyo de tu pareja y con un equipo médico bien compenetrado y completo”. La experiencia fue tan positiva que, ahora que Lucía ya tiene un año, están pensando en que quizá le vendría bien un hermanito. “Hoy ya sabemos a qué nos enfrentamos y aunque no es fácil, también sabemos que no es imposible”.