Si eres un paciente con artritis, sabrás que los medicamentos biológicos son uno de tus grandes aliados. Algunos de ellos podrían generar rechazo por los miedos infundados tanto a sus principios activos como a la forma de administrarlos. Estos medicamentos a veces se aplican mediante inyecciones subcutáneas, y reconozcámoslo: las agujas son un motivo de aversión para más de uno. Además, no siempre tenemos la soltura y la habilidad para auto-administrarnos una inyección, bien por esos mismos miedos, o bien por la inflamación de las articulaciones de las manos. En este aspecto, la aparición de los autoinyectores o plumas han venido a salvar muchas de las dificultades que podemos encontrarnos.
Aunque la forma de uso está bien especificada en los prospectos y siempre hay que leerlos, los talleres con pacientes son importantes: ayudan a conocer las preocupaciones más comunes y facilitan que los profesionales nos expliquen cómo hacer bien las cosas para que nada impida que puedas administrarte la medicación de manera segura, autónoma y cómoda. Es la mejor manera de garantizar que no dejarás la medicación más eficaz contra la artritis. En el último taller, los enfermeros Patricia García y Antonio Tocino, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, nos dieron algunos trucos imprescindibles para utilizar correctamente los autoinyectores que facilitan mucho la administración de estos medicamentos y nos ayudan a minimizar la aversión a las agujas:
- Saca de la nevera el fármaco unos 20 o 30 minutos antes de administrártelo.
- Elige una hora de la tarde para inyectarte el fármaco. No lo hagas de noche porque mientras duermes, pueden pasar inadvertidos molestias o efectos secundarios.
- Asegúrate de disponer de un espacio tranquilo, con la intimidad que necesites, y sin prisas; esto último es muy importante, ¡tómate tu tiempo!
- Lávate las manos y desinfecta la zona donde te vas a pinchar.
- Coge un pellizco grande de piel, suficiente para que toda la superficie del autoinyector quede tapada, cubierta por la piel.
- Actúa con seguridad y pon el autoinyector perpendicular a la piel, en un ángulo de 90º.
- No retires inmediatamente el autoinyector: déjalo unos segundos para garantizar que no se pierda nada del medicamento.
Dado que las dosis se administran normalmente una o dos veces al mes, es útil llevar un calendario o ponerte una alerta en el móvil, para no dudar de si nos pusimos la última dosis, en qué zona del cuerpo y cuándo nos la pusimos. De este modo evitaremos un brote por habernos olvidado una dosis. Y siempre, siempre, ante cualquier duda, no dudes en consultar con tu médico o tu enfermera o enfermero. Hay cuestiones, como por ejemplo si es válida una dosis si se ha congelado el medicamento (no, esa dosis ya no se puede poner), o qué hacer si tenemos una infección, que debemos consultar con los profesionales. Si tienes dudas, contáctanos haciendo clic aquí: estaremos encantados de atenderte.