En el blog de Artritis Hoy, seguimos con varias entrevistas a especialistas que pueden orientarnos sobre enfermedades reumáticas, especialmente sobra la espondiloartritis, que es una de las más desconocidas.
Como ya hemos contado anteriormente en este blog, la espondiloartritis ha sido considerada una enfermedad típicamente masculina, “porque las mujeres, generalmente, tienen una "expresión clínica diferente”, según nos cuenta el Dr. Manuel Moreno, del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia). Mientras en los hombres se manifiesta con fuertes dolores de espalda, en el caso de las mujeres lo hace con la inflamación de las articulaciones periféricas (rodillas, tobillos). Por suerte, “eso ha cambiado: tanto las formas de diagnosticar, como los criterios de clasificación, han mejorado. Además, se han establecido una serie de circuitos preferenciales para que los pacientes con esas dolencias pasen antes al especialista”, nos explica el Dr. Moreno. “Antes, en los hombres, el diagnóstico podía retrasarse hasta diez años. Obviamente, en las mujeres se retrasaba más”, añade, “la mejoría se debe sobre todo a que el reumatólogo conoce mejor la enfermedad”.
Un avance importante para poder tratar a los pacientes adecuadamente es la instauración de consultas monográficas de Espondiloartritis, en las que se dedica más tiempo a cada paciente”. Moreno, junto al Dr. Luis Linares Ferrando, dedican los miércoles por la tarde a este tipo de consultas para los pacientes con esta enfermedad.
“El principal síntoma de cualquier enfermedad reumática es el dolor, la mayoría de las veces crónico, lo que genera alteraciones del estado de ánimo en aquellos que lo padecen”, nos explica. El especialista debe ser capaz, con experiencia, de percibir dicho estado de ánimo para, en caso necesario, remitir al paciente a un psicólogo o un psiquiatra. Existen tests de cribado de síntomas de ansiedad y depresión para valorar si el paciente debe o no ser derivado al especialista.
Pruebas diagnósticas
Actualmente contamos con pruebas diagnósticas muy precisas como la resonancia magnética nuclear (RMN) que ayudan a detectar la enfermedad con mayor antelación. “Lo principal es que el paciente llegue lo antes posible a la consulta, hay que evitar el retraso del diagnóstico porque, a mayor retraso, mayor es el deterioro de la capacidad funcional. Eso hay que evitarlo porque con la medicación se puede llevar una vida normal”, señala el doctor.
Terapias biológicas
Otra mejora relevante es la aparición de las terapias biológicas: “Antes no se podía, pero hoy una mujer puede quedarse embarazada sin problema y seguir con tratamiento. Por ejemplo, hoy he visto a una joven con espondiloartritis que está embarazada de cuatro meses y puede seguir tomando el fármaco sin que esto afecte al bebé”.
Sin embargo, el doctor asegura que aún queda camino por recorrer. “Todo es mejorable”, apunta, “todavía hay un porcentaje de reumatólogos que no tienen un conocimiento exhaustivo en espondiloartritis. Algo normal si se tiene en cuenta que la mayoría realizan consultas de reumatología general. De ahí la importancia de la creación de consultas monográficas que nos ayudan a que el paciente se diagnostique antes y que el reumatólogo tenga experiencia en esta enfermedad.